jueves, 24 de febrero de 2011

Changes

Es curioso cómo a veces tu vida puede cambiar en un instante, y toda la rutina a la que estás acostumbrado cambia de manera radical. Los seres humanos no estamos preparados para sufrir cambios radicales, pero también es verdad que muchas veces se pueden percibir "señales" ante esos cambios.
Sin embargo, incluso pudiendo llegar a percibir, que es difícil, y entender, otro tanto, esas señales, muchas de las veces todos esos cambios nos llegan de sorpresa, como un chorro de agua fría que cae desde un balcón si haces ruido por la calle, que sabes que puede ser pero nunca te lo esperas.
Hay cambios y cambios, los hay que decides tu, los hay que decides en conjunto, los hay que deciden por ti y los hay que llegan porque si. Todos nos hemos enfrentado en la vida a alguno de ello, si no a todos. Cuando eres tu o un grupo de personas los que deciden un cambio, siempre es más fácil de llevar, porque quieras que no es decisión tuya, si no quieres no cambies, y aún así se hace difícil. Los cambios que deciden por ti, o que deciden otros pero te afectan (pequeña subvariante) son difíciles de llevar, sobretodo cuando no estás de acuerdo con esa decisión y a tu juicio (que para ti siempre va a ser mejor que el de los demás) es incorrecto, pero tienes que acatarlos, no tienes opción a elegir, y quizás sea esa privación de libertad es lo que más (con perdón) nos jode, y no tanto el cambio como tal.
Pero estoy segura de que los cambios menos agradables son aquellos que la vida (o ente inexistente para aquellos (pocos) creyentes que vayan a leer esto) tiene preparados. Son cambios que debes acatar, que no tienen cabida a argumentaciones, que no vale mirar para otro lado, a los que tienes que enfrentarte. Esos, sin duda, son los peores, porque son cambios que te gusten o no, no vas a poder esconderte de ellos y, aunque lo hagas, no serviría para nada.
Cambios, cambios y más cambios, la paradoja del ser humano es que es un ser cambiante por naturaleza, un día te gusta algo (o alguien, o algo-alguien) y al día siguiente no, un día decides ser un rebelde y cambias de colonia o te da por cambiar de look (si, lo se, son ejemplos tontos, está pensado adrede).
Y sin embargo no estamos preparados para asumir otro tipos de cambios, que no tienen porque tener mayor trascendencia que otros, pero que en ese momento puntual de tu insignificante existencia tienen una importancia monumental.
No todos los cambios son buenos, y por supuesto no todos son malos, pero creo sinceramente que lo importante no es el cambio en si, si no cómo piensas enfrentarte a él, como vas a asumir ese cambio que ha trastocado de alguna forma tu vida, si vas a pensar acerca de ello y si vas a sacar alguna conclusión al respecto.
Personalmente, los cambios te hacen crecer, porque a cada cambio que sufres en la vida hay que buscarle explicación y sobretodo conclusión, si ya lo dicen las abuelas, que de todo se aprende en esta vida.

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