domingo, 10 de abril de 2011

Miedo

Tal y como dijo Alonso Ercilla, "el miedo es natural en el prudente, y el vencerlo es lo valiente", pero ¿hasta qué punto es natural el miedo? ¿deberíamos enfrentarnos a nuestros miedos siempre?
Todos tenemos miedo a algo, desde pequeños insectos hasta grandes fobias que llegan al punto de hacerte odiar a otros seres humanos. El miedo es un adversario muy fuerte, que siempre está presente en nuestras vidas y que cuanto más queremos que se aleje, más cerca se encuentra. Nos acompaña desde que nacemos hasta los últimos instantes cercanos a la muerte.
La pregunta que debemos formularnos es si debemos combatir todos nuestros miedos o algunos simplemente debemos dejarlos correr y esperar a que se vayan solos. Por ejemplo hay muchos niños que tienen miedo a la oscuridad, y si le preguntas a cualquier madre te aconsejará que les dejes tranquilos que ya se les irá solos. Posiblemente este ejemplo recuerde alguna vivencia personal y digáis ¡yo también tenía miedo! ¿Alguien recuerda cómo desapareció ese miedo? ¿Alguien recuerda haber combatido ese miedo de alguna forma y que a consecuencia de ello desapareciera?
Siempre se aconseja que hay que arriesgarse y enfrentarse a los miedos personales con el afán de que sean superados y no vuelvan. Este es, indiscutiblemente, un gran consejo, pero no siempre resulta fácil llegar a la determinación de decir que vas a enfrentarte a ellos y más difícil es aún elegir la forma de combatirlo. Pero, ¿es este consejo siempre acertado? ¿debemos enfentrarnos a todos?
Yo creo que hay miedos que tienen una fundamentación racional y que no habríamos de superarlos, porque esa superación podría acarrerar consecuencias, previstas o no previstas, que no siempre serían positivas.
Hay miedos que es mejor mantener, porque si no tuviéramos esos miedos seríamos capaces de cometer las más grandes de las locuras, poniéndonos incluso en peligro.

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